El organismo las necesita como fuente de energía, para formar tejido nervioso y hormonas, y para absorber las vitaminas liposolubles A, D, E y K. Según la OMS, las grasas deben suponer entre el 15 y el 30% de la ingesta calórica diaria total, reduciendo al máximo las malas.

GRASAS MALAS

Elevan los niveles de colesterol y el riesgo de padecer enfermedades del corazón.

  • Grasas saturadas. Manteca, grasa láctea, carne roja, embutidos, piel de pollo y cerdo, helados, queso, leche entera, aceites de coco y palma,…
  • Hidrogenadas y trans. Margarinas, bollería, galletas, snacks, fast food, comida precocinada, salsas y sopas envasadas.

GRASAS BUENAS

Reducen los niveles de colesterol LDL y aumentan los de HDL. Disminuyen el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

  • Grasas monoinsaturadas. Aceites de oliva, girasol y maíz; aceitunas, aguacate, frutos secos…Su consumo está recomendado y debería ser la principal fuente de grasa.
  • Grasas poliinsaturadas (Omega 3 y Omega 6). Salmón, trucha, caballa, sardinas, atún, semillas de lino, pipas de calabaza, avellanas, anacardos,…

Equipo Gesvital

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