A los conocidos aceites de árbol de té y de monoi, se le han unido una interesante lista de activos altamente efectivos:
- Manuka
De sus hojas se extrae un aceite de alto contenido en tricetonas-ya empleado en la medicina maorí- que le confiere excelentes propiedades antisépticas y antifúngicas. Este aceite procedente de Nueva Zelanda, también es antiflamatorio y antiestrés. En cosmética se ha incorporado en desodorantes para eliminar los gérmenes causantes del olor corporal, así como en productos para pieles acneicas o en champúes anti-caspa.
- Kukui
Es el árbol oficial de Hawai, cuyo aceite es de baja viscosidad, fácil absorción y alto contenido en ácidos grasos esenciales (linoleico y linolénico) que tradicionalmente se ha empleado como calmante y reepitelizante de las pieles expuestas al sol. En la actualidad el aceite de kukui también se aplica como aceite de masaje y para el tratamiento de pieles secas, con eczemas, rosácea o soriasis.
- Mamaku
Se ha demostrado que el extracto de este helecho, procedente de Nueva Zelanda, tiene varias acciones: en la epidermis activa los queranocitos y la división celular, que se refleja en el número de células en división en la unión dermoepidérmica; en la dermis aumenta la síntesis de glucisaminoglicanos, y mejora así la cohesión de la dermis.
- Tamaku
De la semilla del fruto de este árbol de la Polinesia, se obtiene un aceite verde oscuro y viscoso, pero que se absorbe muy fácilmente por la piel. Ha servido para aliviar neuralgias y reumatismos, tratar quemaduras solares, cicatrices, ampollas, picaduras de insectos,…El estudio de los componentes de este aceite ha relevado que, además de ácidos grasos libres, esteroles y glicéridos, contiene acción antibacteriana, antiflamatoria, antivírica y anticoagulante. En cosmética se emplea como constituyente de emulsiones, cremas y aceites de masajes.