Una de las etapas más intensas en la vida de una mujer, es sin duda el embarazo y la crianza de su bebé.
Sin embargo, en ocasiones, el cuerpo muestra secuelas físicas tras estas vivencias. Hay que saber reconocerlas como lo que son, de carácter natural y fruto de un proceso gestacional. No hay que pasar por alto que muchas de éstas, responden a una alteración de las hormonas femeninas, lógica en el embarazo.
Se pueden considerar algunos de esos signos como el pecho caído, la falta de firmeza en los tejidos del abdomen y el escote, varices, pesadez de piernas, hinchazón generalizada, estrías y manchas cutáneas entre otros.
Uno de los mayores enemigos tras el embarazo son las estrías. La piel “se estíra” tanto y tan rápido durante el embarazo, que termina por rasgarse y, al recuperar su volumen habitual, esas marcas que tiene forma de surcos paralelos se hacen visibles. Es lo que conocemos como estrías.
Dependiendo de su cantidad y aspecto, pueden llegar a provocar preocupación en algunas mujeres. Aunque las zonas más comunes para que aparezcan sean muslos, glúteos y abdomen, a veces también aparecen en el pecho, pues la piel que los recubre es mucho más fina y sensible a roturas.
La buena noticia es que se pueden prevenir con la aplicación de cremas, aceites y una hidratación profunda de la piel.
No obstante, si ya se tienen, se pueden tratar y reducir en aspecto, textura y cantidad e incluso llegar a eliminarlas. Se logra mediante un proceso que requiere mucha constancia. En Gesvital, profesionales del sector, llevamos a cabo tratamientos reparadores de estrías antiguas y recientes. Además de un plan dermotensor en cara interna de brazos y piernas.
Gesvital te ayuda para que disfrutes de tu bebé y de tu cuerpo en una etapa tan significativa de tu vida.
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