Los expertos dicen que no seguimos los cuidados adecuados y, por querer mimarnos demasiado, terminamos dañando nuestra piel. A continuación nuestros especialistas te comentan lo que no debes hacer bajo la ducha.
1. Estar más de 10 minutos
Aunque estemos muy a gusto, diez minutos son suficientes para una higiene completa.
2. Dejarse seducir por las altas temperaturas
Éstas provocan flacidez y hasta dermatitis atópica. La piel contiene grasas protectoras (lípidos) que evitan la aparición de gérmenes patógenos y nos cuidan del frío, y que pueden desaparecer con el agua muy caliente. Es mejor una temperatura tibia «para evitar sequedad».
3. Abusar del jabón corporal
No por aplicar más gel conseguiremos una mayor limpieza. Todo lo que suponga un exceso de lavado reseca y puede suponer molestias para la piel.
4. Usar productos excesivamente perfumados
Son sensoriales y placenteros, pero el riesgo de desarrollar alergias ante sus componentes es muy alto.
5. Repetirla
No es aconsejable exponerse a más de una diaria y siempre utilizar lociones hidratantes después de cada ducha.
6. Depilar bajo el agua
Salvo que utilices productos especialmente concebidos para este uso. Un jabón que contenga alcohol podría irritar la piel y alterar su pH.
7. Olvidarse de la espalda
No es la zona más accesible, se debe intentar enjabonarla regularmente para que no se depositen restos de grasa y queratina.
8. Aplicar el champú sin emulsionar antes las manos
La rutina correcta es poner una nuez en la palma, extenderla entre las manos y repartirla de manera uniforme y a golpecitos por todo el pelo.
9. Dejar la piel húmeda
Seca con una toalla suave, sin frotar, y aplica inmediatamente una loción emoliente e hidratante, que ayudará a la capa córnea a retener el agua.
10. Utilizar esponjas
Emplea las manos y, si no puedes prescindir de la esponja, escoge una suave, ya que una excesiva expoliación puede resultar agresiva. Guárdala en un lugar seco, para evitar la aparición y reproducción de bacterias.