China y Japón han sido desde siempre los mayores proveedores de los activos utilizados actualmente en nuestros cosméticos, sin embargo, cuando creíamos que ya no quedaba nada por descubrir , Asia se ha erigido como una fuente inagotable que nos regala nuevos ingredientes de eficaces resultados.
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Reishi:
Entre los más de 200 componentes activos de este hongo figuran esteroles vegetales, con acción estimulante del riego sanguíneo y antiflogística, aminoácidos, con acción hidratante, ácidos grasos insaturados que aportan su función nutritiva, ganodermenolo, con acción antihistamínica y una alta proporción de germanio, con actividad antioxidante. Se emplea en cosméticos hidratantes y nutritivos a una concentración recomendada entre el 5-10%.
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Yuzu:
Es un fruto comestible de color amarillo o verde, originario de Japón. Del pericarpio se extrae un aceite de olor fresco y agradable que es muy apreciado en perfumería y alimentación. La cosmética occidental emplea el extracto de todo el fruto para formular productos con efectos calmantes y relajantes o, por el contrario, en cosméticos de efecto tonificante y estimulante en sinergia con otros activos.
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Kombucha:
Es producto de la fermentación de té negro por las bacterias y levaduras simbióticas. Rico en ácidos( úsnico y glucurónico), vitaminas B y C, enzimas y protenias. Las aplicaciones del kombucha se centran en preparados antienvejecimiento. Se ha demostrado que es capaz de incrementar la población de adipositos de la piel y estimular su diferenciación. Restablece además el volumen en zonas deficitarias, ya que actúa como redinsificador o «relleno de arrugas», disminuye la rugosidad de la piel y proporciona mayor luminosidad y suavidad.
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Dong-quai:
Se ha utilizado durante cientos de años para tratar los trastornos propios de la menstruación , el posparto y la menopausia. Además de esta acción fitoestrogénica, también tiene una reconocida actividad tónica (circulatoria, respiratoria y hepática) y estimulante del sistema inmunitario, por lo que también se le conoce como el «ginseng femenino». En cosmética se suele incorporar en preparados destinados a las pieles maduras y secas.
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Zanthoxylum alatum:
La medicina tradicional china ha empleado esta planta perenne para calmar dolores dentales y como protector contra las quemaduras solares. Utilizando como base el pericarpio del fruto, se prepara un extracto oleoso que calma la sensación de calor que acompaña a las pieles irritadas sin modificar la percepción del dolor. Se formula a una concentración aproximada del 0,5% en cosméticos que se aplican después de la depilación, el afeitado, la exposición al sol o la aplicación de peelings químicos.
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Ñame silvestre:
La raíz del ñame se ha utilizado en medicina tradicional para tratar trastornos menstruales y como anticonceptivo. En la actualidad, el extracto de ñame se emplea fundamentalmente en cosméticos destinados a pieles maduras y secas, aunque por su contenido en esteroles su aplicación también se puede extender a productos destinados a pieles sensibles o inflamadas.
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Shiitake:
Durante más de 2.000 años se ha consumido en forma de bebida tónica, protectora del organismo y la salud. El extracto del hongo de shiitake es rico en vitaminas, minerales, aminoácidos, derivados de ácidos nucleicos y fibra. Es hidratante, antiirritante y estimulante de la síntesis de colágeno, por lo que también se formula en cosméticos para pieles infantiles. Esta sustancia es un potente estimulante del sistema inmune por activación de los macrófagos y células de langerhans y, por tanto, resulta beneficioso en pieles sensibles y atópicas.