Los garbanzos son una legumbre que proviene de Oriente Medio. Aunque históricamente estén considerados como una «comida pobre que se comen los pobres», como sucede con las legumbres en general, en realidad los garbanzos son muy ricos en nutrientes y muy beneficiosos para la salud.

Cardiosaludables

Su forma acorazonada nos sugiere algo que tiene que ver con su acción beneficiosa sobre el corazón y todo el sistema cardiovascular. La abundante fibra soluble presente en este alimento es fundamental para mantener las arterias libres de colesterol y otras acumulaciones lipídicas, pues estas quedan atrapadas en la fibra presente en el intestino y se eliminan a través de las heces, reduciéndose así su absorción.

Los garbanzos también contienen lecitina, un tipo de grasa saludable que, además de formar parte de las membranas celulares, ayuda a emulsionar las grasas que ingerimos con la comida. De hecho con la lecitina se elaboran suplementos muy populares y eficaces para bajar los niveles altos de colesterol, en este caso la que más se suele emplear es la de soja.

Energía duradera

Los garbanzos son ricos en nutrientes energéticos como los carbohidratos y las vitaminas del grupo B, las cuales, entre sus diferentes funciones, ayudan convertir los hidratos en energía.

Mejoran la digestión

Los garbanzos son un alimento «yin» relacionado con el elemento agua, como la mayoría de legumbres, al que se asocia también el invierno, el sabor salado, el riñón, la vejiga, los huesos y la médula, por lo que se emplea para tonificar estas funciones.

Sin embargo las personas que tienen debilidad digestiva no deben abusar de su consumo y siempre deberán comerlos muy cocidos.

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