Año nuevo, propósitos nuevos

Al comienzo de cada año nuevo, con las doce campanadas, se marca, para algunas personas, el pistoletazo de salida a la hora de retomar viejas promesas o hacer nuevos propósitos.

Cuando se trata de retomar viejos compromisos que se plantearon en años pasados, suele ser porque de alguna manera no se culminaron con éxito y los deseos se fueron desvaneciendo a medida que avanzaba el año. Es por esa razón que aparezcan nuevas energías de retomarla cuando se acerca el momento de cambio de año.

Cada nuevo año es una nueva oportunidad para lograr nuestros deseos. Es más, son 365 nuevas oportunidades.

Las promesas más comunes entre la gente suelen ser: dejar de fumar, beber menos, bajar de peso y adelgazar comiendo de forma responsable, hacer ejercicio, apuntarse a un gimnasio, dejar de morderse las uñas…¡En fin! Se le puede ocurrir a uno infinidad de cosas.

El ejercicio, por ejemplo, es uno de los aspectos que más repercuten en la salud, luego, prestarle atención es importantísimo.

Además, realizar actividad física denota amor y respeto al cuerpo, hacia nosotros mismos y hacia los demás. Independientemente de que su desempeño dé frutos en lo referente a la salud, -por ejemplo, en el caso de mujeres previene la aparición de celulitis y varices-, también le acompañan los cambios físicos que reporta practicarlo, o sea moldea la figura y aporta bienestar, aumentando las hormonas: Cuando evolucionamos con el ejercicio, nos sentimos mejor y por tanto aumentan nuestra autoestima y seguridad.

Por lo tanto, practicar ejercicio de forma regular, adaptada y consciente es un propósito excepcional del año nuevo. Eso sí, nunca hay que olvidar que se debe aceptar las limitaciones que cada cual tiene, conocer el umbral de uno mismo, marcarse pequeñas metas y no obsesionarse, pues las cosas llevan su tiempo y cada cual tiene su ritmo.

Hablando del ejercicio, es fundamental no pasar por alto nombrar un factor importantísimo y estrechamente ligado, la fuerza de voluntad. El ejercicio requiere de este, llamémoslo “músculo mental”. Hay personas que tienen más fortalecida y trabajada su fuerza de voluntad, y sin embargo otras no tanto. No obstante, no es un problema porque si se pone empeño, acaba por trabajar ella sola sin esfuerzo. Es importante ser disciplinado. Pero si a alguien le alivia, os invitamos a hacer una reflexión. ¿Cuántas cosas en la vida se logran sin esfuerzo?

Tener en mente el propósito y contar con la actitud adecuada es un gran paso. De cada cual depende que se convierta en un hábito que se irá haciendo más llevadero con el tiempo, o que se termine convirtiendo en un nuevo propósito crónico año, tras año.

¡Ánimo!

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